Hasta no hace mucho el de periodista era un oficio bien pagado. Demasiado bien pagado a juicio de los pagadores, porque pruebas muestran que los hechos están cambiando a velocidad de crucero. Por qué, es algo digno de análisis, al que invitamos desde esta bitácora.
A mi juicio (Fernando Bellón) la principal razón estriba en la industrialización de los medios. Los periódicos, las radios y las televisiones se han convertido en fábricas de producir (información y entretenimiento, o más bien una sabia mezcla de ambas cosas). Cómo se ha producido este proceso es también digno de un análisis. La industrialización de los mass media la han facilitado los avances tecnológicos. Igual que ahora fabricar un zapato o un pantalón no requiere el conocimiento de un oficio, sino el rápido aprendizaje de cómo manejar una máquina, con la información está pasando algo semejante, por mucho que moleste esta humillación profesional. La información se prepara de antemano mediante protocolos formales y técnicos muy precisos, algo que comenzó llamándose Libro de Estilo. Las empresas (las fábricas de información) confían en sus capataces o contramaestres, los únicos que cobran proporcionalmente al cometido de su trabajo que consiste en organizar, dirigir, encauzar, fijar rutinas, competir y dar cancha al espectáculo informativo.
A continuación colgamos un artículo de Javier Fumero, director generalmente bien informado de El Confidencial Digital, sobre la contratación por parte de Prisa de José Luís Sainz, el responsable de introducir una nueva forma de gestión en Vocento.
Recomendamos vivamente la lectura de este texto (que, por cierto, podía haber sido releído por alguien antes de colgarlo lleno de erratas). Se titula así
El País copia la ‘fórmula ABC’: cambio periodista veterano por chico para todo
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